Se imaginan entrar a su restaurante preferido, pedir su plato predilecto y sentir que no sabe igual que en ocasiones anteriores? Hay un no se qué en su sabor, pero que ciertamente no hace las cosas tan familiares (familiares no quiere decir repetitivas) como siempre. En fin, eso es lo que me ha pasado con la nueva temporada de Los Simpsons. Homero ya no suena como antes, ahora el mismo tipo que hace la voz del hijo mayor de Family Guy reemplaza la de él. Marge y Lisa tampoco son las que conocemos por oído, y eso que no menciono la aberración que han hecho con la gloriosa personificación vocal de Bart y otros de la misma serie.
Aquella pelea por los salarios bien merecidos a los dobladores latinoamericanos se ha llevado más allá de lo considerable! Cómo es posible que Fox prefiera dejar de pagar unos cuantos pesos (Mexicanos por cierto) a éstos individuos, a deliberar una de las series más constantes en medio de una extrañes y confusión costumbrista? Seamos sinceros… Los Simpsons ya no es lo mismo que antes; Mat Groening pareciera quedarse en los mismos chistes que antes, además de convertirse en una especie de venta política gringa. Es más, aquellos lapsos en que Homero recuerda alguna de sus estupideces se convierte en más de 25 segundos de programación. Las tramas son demasiado predecibles, planas y lentas, lo que contrasta totalmente con el desarrollo temático de los capítulos anteriores, donde la agilidad, flexibilidad e impredecibles situaciones es lo que se caracteriza. Es decir, un pequeño evento se convertía en catalista y conducto a la presentación del punto de giro de las historias; sin embargo, ahora todo es excesivamente lineal, tanto como un cuento infantil.
Lástima que los colores tan vivos, el manejo más detallado de las sombras y movimientos no vayan a la par con el nuevo plot y humor de la nueva temporada. Temo decirlo, ya que soy un gran fanático de Los SImpsons (como muchos que ven veinte veces los mismos capítulos y siguen riendo), pero creo que están quemando su último cartucho. Tanto, como que están empezando a revelar secretos y situaciones típicas de atracción, como la aparición del papá de Nelson (el de la risa burlona), el cambio de casa de Millhouse, el matrimonio homosexual de Selma, en fin… es como si ya no se supiera qué hacer para mantener el nivel, donde pareciera que cada temporada en adición, intenta rellenar espacios blancos de creatividad, por reencauchados chistes de hace 5 años.
Y hablando de tiempo en cantidades considerables… Qué pasó con Futurama???? Esa es la conversión futurística de Los Simpsons. Es como burlarse del presente por medio del futuro! No parece sabia esa idea? La convivencia de la inteligencia artificial con la orgánica, la degradaciones del futuro respaldadas por el presente, la modificación de los hitos culturales actuales, en fin. Si dependiera de mi escoger entre la permanencia de Futuraza o una nueva temporada de Los Simpson…. Con amargo sabor en la garganta tendría que elegir a futurama.
En conclusión, me parece que Los Simpsons está en una cuerda lo suficientemente floja como para arrebatar aquel “feeling” de sus empedernidos fans. En cuanto a mi se refiere, no espero más de una temporada a la actual, al menos en Latinoamérica. Mientras el funeral de ésta hermosa serie (anteriormente) sucede, esperaré alguna especie de milagrosa resurrección de Futurama. Por ahora, me contentaré con la rústica primera temporada y capítulos viejos de Fox como su delirante salvavidas… y con uno buen capítulo de cada diez de la “última” temporada.